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martes, 30 de noviembre de 2010

Rayo (en la mitologia hindu)

 Indra

Dios Védico del firmamento (aire), en cuyas manos se hayan: las tormentas, el trueno y el relámpago y por cuya voluntad caen las refrescantes lluvias que hacen a la tierra fructífera. En algunos himnos se hace mención de él como Vayu y hermano gemelo de Agni, y por consiguiente hijo del cielo y la tierra. En cambio en otros dice que el cielo y la tierra fueron creados por él. Él es rey de los dioses y se dice que su gobierno solo dura cien años Divinos, al término del cual puede sucederlo otro dios o hasta un hombre mortal. Es considerado también el dios de los guerreros. En las figuras a menudo se lo representa como un hombre con cuatro brazos y manos; con dos de ellos sujeta una lanza, en la tercera lleva un rayo y la cuarta está vacía. A veces se le representa también con solo dos brazos y con
ojos por todo el cuerpo, siendo llamado entonces Sahasraksha (el de los mil ojos). Se le suele pintar montado en el maravilloso elefante Airavata, que fue creado batiéndo el océano y llevando un rayo en su mano derecha y un cuenco en la izquierda. El hogar de Indra era denominado el "cielo de Indra". Allí era donde los hombres buenos deseaban llegar cuando muriesen, como premio a una vida santa. Claro que, la estadía en este cielo era corta por cuanto debían volver de nuevo a la Tierra. El cielo de Indra está ubicado en el monte Merú.
Es una especie de Paraíso con hermosos jardines, casas para los visitantes, hermosas Apsaras (ninfas), música, etc.

Mitología griega. Zeus

En unión con su hermano la Titánida Rea, Cronos tuvo tres hijas: Hestia, Deméter y Hera, y tres hijos: Hades, Poseidón y, finalmente, Zeus, el último. Una maldición pesada sobre Cronos, luego de destronar a su padre, había rehusado dar satisfacción a Gea. Por no haber liberado a sus hermanos, condenados a no ver la luz. Gea le prometió que también él sufriría la suerte que había infligido a su padre, y que sería destronado por sus hijos. Para prevenirse contra esa amenaza. Cronos devoraba los hijos que le daba Rea. Los primeros cinco, se los comió. Pero cuando estuvo a punto de nacer el pequeño Zeus, Rea decidió salvar a ese niño. Con la complicidad de Gea, encontró un asilo en una caverna de Creta, donde dio a luz. Luego tomó una piedra y la envolvió en pañales, llevándosela a Cronos y diciéndole que era su hijo. Sin enterarse de la verdad, Cronos, tomó la piedra y se la comió. Zeus se había salvado al mismo tiempo que Cronos estaba condenado. Zeus creció en el antro de Creta, confiado a la custodia de una nodriza, la ninfa Almatea, y de jóvenes guerreros armados de lanza y escudo, los Curetas. Los Curetas (los jóvenes) danzaban sin descando una danza guerrera en torno a la gruta donde reposaba el niño: hacían el mayor ruido posible, entrechocando las armas y lanzando gritos de guerra. Todo ello con el fin de cubrir el llanto de Zeus, impidiendo que Cronos lo descubriera y se apresurase a devorarlo. Protegido, Zeus creció y adquirió toda su fuerza divina. Llegó el momento en que había de cumplirse la promesa de Gea. Zeus tenía entonces por compañera a una hija de Océano, Metis (Perfidia), que le dio una droga gracias a la cual Zeus pudo hacer vomitar a su padre los hijos que había devorado anteriormente. Todos volvieron a ver la luz. Con estos aliados, Zeus atacó a Cronos y a los Titanes, que fueron en auxilio de éste. La lucha duró diez años. Finalmente un oráculo de Gea prometió a Zeus la victoria si tomaba a los seres monstruosos precipitados antaño en el Tártaro por Cronos. Obedeciendo, y realizando así el voto de Gea, a la que Cronos había engañado, Zeus liberó a los monstruos, que se convirtieron en sus guardianes. Aquellos monstruos dieron a los jóvenes dioses poderosas armas que figurarían entre sus atributos futuros. Así es como los tres Cíclopes, forjaron para Zeus el trueno y el rayo, lo mismo que el relámpago: y Zeus será, eternamente, el dios del cielo tempestuoso. También dieron a Hades un casco que volvía invisible a quien lo llevara, por ello fue el dios del reino invisible, y reinaba sobre las almas de los difuntos. Poseidón recibió un tridente mágico, cuyo golpe es capaz de trastornar la tierra y el mar. Los Olímpicos se distribuyeron en el universo. Zeus obtuvo preeminencia, y reinó sobre el cielo, Hades se contentó con la parte del mundo situada debajo de la tierra, es decir, el mundo infernal. Poseidón fue el señor del mar.

Historia de Melampo

Un buen día Melampo ordenó a sus sirvientes que no mataran los retoños de una serpiente atropellada por un carromato, tras lo cual las supervivientes aprovecharon el momento en que Melampo dormía plácidamente para con sus bífidas lenguas lamerle delicadamente las orejas.
Cuando despertó, se dio cuenta con pasmo de que podía entender las conversaciones de los pájaros y los insectos, aún siendo estas en su mayoría anodinas, amén de quedar dotado de unas excelentes dotes adivinatorias.
No obstante, también pudo sacar partido de la nueva habilidad para ayudar a su hermano Biante, quien pretendía desposarse con la bella Pero, hija de Necleo, el cual dado el alto número de pretendientes impuso una condición para quien quisiera casarse con la doncella.
Necleo dispuso que el candidato debería conseguir el espléndido rebaño de vacas de su vecino Fílaco, el cual bajo ningún concepto quería venderlas. Además, Melampo oyó decir a unas grullas que quien osara robar las vacas permanecería un año en prisión y luego sería ofrecido en sacrificio al ganado.
Con el propósito de auxiliar a su hermano, Melampo roba las vacas y como el mismo había predicho es capturado y encerrado en una celda a la espera de cumplir su condena.
Unos días antes de su ajusticiamiento, Melampo oye comentar a unas carcomas que la viga que roen sobre su cabeza se partirá al amanecer, lo que comunica a Fílaco para que le traslade de celda, so pena de descontentar a los dioses por no hacer caso de la advertencia.
Fílaco se extraña, pero como es un hombre prudente accede al deseo del reo y lo acomoda en otra mazmorra, viendo asombrado como al amanecer la anterior se derrumba.
Considerando que Melampo es un acertado augur, Fílaco decide pedirle ayuda para curar la impotencia (parálisis según R. Graves) de su hijo Ificlo, para lo cual Melampo realiza un sacrificio de dos bueyes y ofrece las vísceras a los buitres, que al igual que las grullas son aves proféticas.
Cuando acuden los carroñeros Melampo oye su conversación y comprende la razón de la esterilidad de Ificlo, la cual se remonta a la niñez de éste.
Resulta que una vez que Fílaco se encontraba castrando corderos fue visto por su hijo, el cual asustóse ante lo cruento de la escena. El padre aparta a Ificlo pero antes, y para no herirlo accidentalmente, clava su cuchillo en un peral y lo olvida en un árbol que para la diosa Hera es sagrado, castigando al niño por la falta de su progenitor.
Por los buitres Melampo sabe que para sanar a Ificlo sólo tiene que encontrar el cuchillo y raspar la herrumbre para dársela de beber junto con agua durante diez días, lo que así hacen consiguiendo que poco después el hijo de Fílaco tenga su primer sucesor, llamado Podarces.
Fílaco sacrifica un cordero, pide perdón a Hera y regala sus vacas a Melampo, el cual a su vez las dio a Biante y éste a Necleo, quien concede la mano de Pero al hermano de Melampo.
Bonito final, ¿verdad?
Hera

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Leyenda de la Reina Ico

Zonzamas reinaba en Lanzarote cuando llegó a la isla una embarcación española al mando de Martín Ruiz de Avendaño. Al ver la nave a distancia los isleños se aprestaron para el combate. Transcurrido el tiempo, Ruiz de Avendaño decidió ir a tierra en son de paz, llevando consigo un gran vestido que regaló al rey como muestra de amistad. Zonzamas aceptó el regalo y, en muestra de amistad, entregó al recién llegado ganado, leche, queso, pieles y conchas, invitándolo a descansar en su morada de Acatife. Allí eran esperados por la reina Fayna y sus hijos, Timanfaya y Guanareme. Como huésped de los reyes pasó Avendaño varios días en Mayantigo. Mas tarde retornó a su barco y partió.
    A los nueve meses la reina Fayna dio a luz una niña de tez blanca y rubios cabellos, a la que puso por nombre Ico. El pueblo murmuraba y renegaba de la princesita y de su origen. Así transcurrió el tiempo, y la niña creció sana y hermosa al cuidado de Uga, su aya. Transcurrido el tiempo Zonzamas y Fayna murieron. Los Guaires, reunidos en asamblea, proclamaron rey a Timanfaya. Con el paso de las estaciones Ico se fue convirtiendo en una bella joven. Guanareme se enamoró de ella y acabó por hacerla su esposa. Tiempos después otras naves vizcaínas y sevillanas llegaron a las costas de Lanzarote en busca de esclavos. Los lanzaroteños se aprestaron para la defensa. En la lucha muchos isleños murieron, otros fueron hechos prisioneros y encadenados como esclavos para ser vendidos en la Península. Entre estos últimos estuvo Timanfaya.
   Desaparecido el rey, los guaires se reunieron otra vez para elegir nuevo soberano. Este debía de ser Guanareme, pero nadie osó pronunciar su nombre, pues si era elegido su esposa, Ico, debería ser reina y su nobleza, origen y sangre eran discutidos. Su piel y sus rubios cabellos recordaban demasiado la lejana llegada de Ruiz de Avendaño y si Ico no era hija de Zonzamas, no podía llevar la corona, así que tuvo que huir.
   Deliberaron largamente los Guaires. Finalmente decidieron que, para llegar a la verdad, la princesa fuese sometida a la prueba del humo. Quedaría encerrada en una cueva acompañada de tres mujeres no nobles. Después se llenaría el aposento con un humo espeso y continuado; si la sangre de Ico no era noble, perecería como las otras mujeres. Si sobrevivía sería signo inequívoco de su nobleza. El día siguiente sería testigo de la prueba. Por la noche Uga, la niñera de Ico, la visitó con el pretexto de animarla, pero nada más quedar a solas, la vieja aya le dio una esponja a la princesa diciéndole que al llegar la hora de la prueba, la empapara de agua y la pusiera en su boca, con lo cual saldría viva de la cueva. Ico hizo caso. Cuando fue abierta la cavidad las tres mujeres villanas yacían muertas, mientras que ella salió con vida. En Adelante sus súbditos no dudaron de su nobleza.

Leyenda de Gara & Jonay

Según la leyenda en la Gomera, existían entonces, siete lugares de los que emanaba agua mágica y cuyo origen nadie conocía. Estos siete chorros, aparte de regalar virtudes revelaban también, cuando te mirabas en sus aguas, si ibas o no a encontrar pareja. Si el agua era clara, el amor llegaría, pero si se enturbiaba, poco había que esperar. Se aproximaban las fiestas de Beñesmén y un grupo de jóvenes gomeras acudieron a Los Chorros de Epina para mirarse en él. Entre ellas se encontraba Gara, princesa de Agulo. Se asomó y al principio le devolvió una imagen tranquila y perfecta, pero luego surgieron sombras y comenzó a agitarse... Gerián, el sabio del lugar, le hizo una advertencia: "- Lo que ha de suceder ocurrirá. Huye del fuego, Gara, o el fuego habrá de consumirte". Gara calló, pero el triste presagio corrió de boca en boca.
      En las vísperas de las fiestas, llegaron de Tenerife los Menceyes y otros nobles. El Mencey de Adeje venía con su hijo Jonay, joven fuerte y apuesto. Gara no podía dejar de observarlo, y en cuanto sus miradas se encontraron, el amor los atrapó sin remedio. Poco después, aún en fiestas, su compromiso fue público. Pero he aquí que en cuanto se empezó a propagar la feliz noticia, El Teide, antes conocido como Echeyde (infierno), empezó a escupir lava y fuego, con tanta fuerza que desde la Gomera el espectáculo era aterrador. Recordaron el presagio dado a la inocente Gara: Gara, princesa de Agulo, el lugar del agua; Jonay, puro fuego, procedente de la Isla del Infierno... Aquel amor era entonces, imposible. Grandes males se avecinaban si no se separaban. Entonces sus padres ordenaron tajantemente que no volvieran a verse. Ya apaciguado el volcán, y concluidas las fiestas, regresaron a Tenerife todos los visitantes, más uno se fue con el alma vacía y el pecho quebrado.
     Cuentan que Jonay se lanzó al mar en medio de la noche, para nadar hasta su amada. Dos vejigas de animal infladas atadas en la cintura le ayudaban a flotar cuando las fuerzas se le agotaban. Larga fue la travesía y ya con las primeras luces del alba llegó a su destino. Furtivamente fue en busca de su amada, y al encontrarse, se abrazaron apasionadamente. Escaparon por los bosques gomeros y bajo un cedro se entregaron a la pasión y al amor. El padre de Gara, enterado de la huida de su hija, salió furioso en su busca. Los encontraron amándose, y cuando los jóvenes se percataron de su presencia, buscaron la única salida posible... Una implacable vara de cedro afilada, colocada entre ellos, uniendo sus corazones fue su aliado mortal. Mirándose a los ojos, se apretaron el uno contra el otro, traspasándose y dejándolos unidos para siempre". Gara, princesa del agua, y Jonay, príncipe del fuego, dan nombre hoy a la cumbre más alta de la Gomera y al Parque Nacional de Garajonay.


¿Qué conexión existía entre el Sur de Tenerife y La Gomera?

Dioses de la Cultura Guanche (Aborígenes Canarios)

Los dioses principales en Tenerife son:
La religión guanche era politeísta y animista, los guanches tenían sus propios dioses, distintos en cada isla, pero ninguno común, aunque sí con conceptos comunes.
  • En El Hierro tenían dos divinidades importantes, Eraorahan (varón) y Moneiba (mujer) como dioses benignos y otro maligno al que rogaban en tiempos de desesperación, llamado Aranfaybo.
  • En La Gomera adoraban a un dios creador llamado Orahan y por el otro lado a Hirguan, el dios maléfico, con aspecto de hombre velludo.
  • En La Palma creían en un dios solar llamado Abora (luz superior), que habitaba en Tigot o Tigotán, el cielo. Los ritos en honor de Abora se celebraban con ofrendas animales en pirámides construidas por toda la isla. Algunos accidentes geográficos se identificaban con Abora, el ejemplo más popular es el del Roque Idafe, en la Caldera de Taburiente. Los benahoaritas veían en este roque su Axis Mundi, una columna de piedra que sostiene el cielo, por ello en sus alrededores tenían lugar ceremonias rituales y ofrendas para que no se desplomase y, con ello, trajera el fin del mundo. También creían en un dios maligno con forma de enorme perro lanudo al que llamaban Iruene, parece que este ser emparenta con los Tibicenas de Tenerife y Gran Canaria. Mitos probablemente inspirados en una especie de perro de aguas gigante, del tamaño de un caballo según las crónicas, que habitaba las islas en la época prehispánica, el tamaño desmesurado de estos canes hace pensar en un proceso de especiación alopátrica. Los aborígenes veían en estos perros gigantes unos espíritus malignos que aprovechaban la noche para atacar los poblados y el ganado.
  • En Tenerife creían en Achamán (sinónimo de "los cielos"). Era el dios "bueno", el dios de la suerte, de lo benévolo y su dios principal. Por otro lado estaba Guayota, el demonio, que habitaba en el interior de Echeide (el infierno), identificado con el Teide. Magec (el sol) era uno de los dioses más importantes. El término mago, con el que los terratenientes castellanos denominaban despectivamente a los agricultores de origen guanche tras la conquista, tiene su origen en el culto que le rendían dichos agricultores a fin de obtener buenas cosechas. También los guanches de Tenerife adoraron a una imagen de la Virgen María bajo el nombre de diosa Chaxiraxi, que traducido al español significaría la "Madre del Sol" y/o "La que carga al Rey del Mundo". Actualmente los canarios siguen venerándola como Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias). En Tenerife, al igual que en otras islas, también existen indicios de un culto a los antepasados "espíritus ancestrales", culto conocido sobre todo por la momificación de los cadáveres. También creían en divinidades inferiores o domésticas guardianes de lugares específicos (genios), que podrían ser buenos (Dioses paredros) o malignos (Guacanchas o Tibicenas). Además creían en dioses de la luna (Achuguayo), y de la lluvía (Achuhucanac).
  • En Gran Canaria el dios superior y dios solar se denominaba Acoran pero existían muchos más dioses de menor importancia y elementos místicos tales como espíritus ancestrales, demonios y genios.
  • En Fuerteventura, adoraban a la montaña de Tindaya, donde se ofrecían presentes. También se han hallado en esta montaña una serie de grabados rupestres, los llamados "podomorfos".
  • En Lanzarote prácticamente se desconoce. Aunque se han encontrado figurillas de ídolos, al igual que en todas las demás islas.

Ahora una pregunta: ¿Cómo han podido averiguar esto? ¿Cómo nos hicieron llegar esta información? ¿De donde sale? ¿Quién la averiguó?

viernes, 29 de octubre de 2010

Izanagi & Izanami: Mito de la Creación de Japón

En la mitología japonesa, la creación de Japón (国産み, Kuniumi?, literalmente, “nacimiento o formación del país”) es la historia tradicional y legendaria de la aparición del archipiélago japonés, relatada de primera mano en el Kojiki y en el Nihonshoki. Esta leyenda se sitúa después de la creación del Cielo y la Tierra; los dioses Izanagi e Izanami fueron los encargados de formar una serie de islas que se convertirían en lo que hoy es Japón (dentro de la mitología japonesa, estas islas conforman el mundo conocido). Posterior a la creación de Japón, llegaría la creación de los dioses. 









  Según el Kojiki




Luego de haberse formado el Cielo y la Tierra, éste último seguía siendo una masa informe y blanda. Los dioses que habían surgido luego de este suceso, conocidos como Kotoamatsukami, se reunieron para discutir sobre el destino de la Tierra; y decidieron delegar mediante un augusto mandato a la pareja más joven de dioses, Izanagi e Izanami, y le entregaron una lanza llamada Ame-no-nuboko (天沼矛, 'Ame-no-nuboko'?), cubierta con piedras preciosas. Posteriormente, Izanagi e Izanami se posaron en un puente flotante celestial llamado Ame-no-ukihashi (天浮橋, 'Ame-no-ukihashi'?) y con la lanza Ame-no-nuboko comenzaron a revolver la masa caótica, y al sacar dicha lanza caían gotas de agua salada que se coagularon y dieron nacimiento a una isla, llamada Onogoro-shima (淤能碁呂島, ''Onogoro-shima''? literalmente “espontáneamente coagulada”).



Al formarse esta isla, ambos dioses bajaron del cielo, y edifican de manera espontánea un augusto altar llamado Yashidono, una augusta columna celeste llamada Ama-no-mi-hashira y alrededor de ésta, una augusta sala de ocho brazas.



Posteriormente, y citando al Kojiki, ambos sostienen una conversación:



¿De qué forma ha sido hecho tu cuerpo?



Izanami

Mi cuerpo está completamente formado, pero hay una parte que no ha crecido y está cerrada.



Izanagi

También mi cuerpo está totalmente formado, pero tengo una parte que ha crecido demasiado. Así, si introduzco ahí la parte de mi cuerpo que ha crecido demasiado, procrearemos las tierras. ¿Qué solución mejor que procrear?



Izanagi

Izanami aceptó el acto e Izanagi propuso que ambos debían girar alrededor de la columna Ama-no-mi-hashira, Izanami debía ir hacia la derecha e Izanagi, a la izquierda y al encontrarse realizarían el coito. Sin embargo, luego de haberse encontrado en el pilar, Izanami fue la primera en hablar diciendo “¡Oh, en verdad eres un joven hermoso y amable!” y luego Izanagi: “¡Oh, qué joven más hermosa y amable!”. Izanagi reprendió a Izanami diciendo: “No es correcto que sea la mujer quien hable primero”.



A pesar de ello, ambos hicieron el acto sexual, y posteriormente de manera repentina engendraron un hijo llamado Hiruko (水蛭子, Hiruko? literalmente, ”Niño sanguijuela”), el cual fue puesto en un barca de juncos y la corriente lo arrastró. Luego dieron nacimiento a Ahashima ( 淡島, Ahashima? literalmente, “Isla de Espuma”). Tanto Hiruko como Ahashima no son considerados hijos legítimos de Izanagi e Izanami.



Izanagi e Izanami conversaron acerca del problema que están teniendo al haber engendrado hijos no buenos y deciden acudir a Takamagahara y consultar ante los dioses primordiales. Los dioses, mediante la adivinación, les responden que la razón del problema es porque la mujer ha hablado primero en el acto. Así, la pareja de dioses vuelve a Onogoro-shima y nuevamente giran sobre la augusta columna de Ama-no-mi-hashira y al encontrarse Izanagi fue el primero en exclamar, seguido por Izanami. Al terminar, realizan la augusta unión entre ambos y así comenzaron a procrear las tierras.



Nacimiento de las islas

Árbol genealógico de las islas engendradas por Izanagi e Izanami.

Según la leyenda, la formación de Japón comienza con la procreación de ocho grandes islas por Izanagi e Izanami. Estas islas, en el orden de nacimiento, son las siguientes:



Ahaji-no-ho-no-sawake-no-shima (淡道之穂之狭別島, Ahaji-no-ho-no-sawake-no-shima?): actualmente, isla de Awaji;

Iyo-no-futana-no-shima (伊予之二名島, Iyo-no-futana-no-shima?): actualmente, isla de Shikoku. Esta isla poseía un cuerpo y cuatro caras. Los nombres de las cuatro caras son las siguientes:

Ehime (愛比売, Ehime?): provincia de Iyo;

Iyorihiko (飯依比古, Iyorihiko?): provincia de Sanuki;

Ohogetsuhime (大宣都比売, Ohogetsuhime?): provincia de Awa;

Takeyoriwake (建依別, Takeyoriwake?): provincia de Tosa.

Oki-no-mitsugo-no-shima (隠伎之三子島, Oki-no-mitsugo-no-shima?): actualmente, isla de Oki. Apodado como Ame-no-oshikorowake (天之忍許呂別, Ame-no-oshikorowake?);

Tsukushi-no-shima (筑紫島, Tsukushi-no-shima?): actualmente, isla de Kyūshū. Esta isla poseía un cuerpo y cuatro caras. Los nombres de las cuatro caras son las siguientes:

Shirahiwake (白日別, Shirahiwake?): provincia de Tsukushi;

Toyohiwake (豊日別, Toyohiwake?): provincia de Toyo;

Takehimukahitoyojihinewake (建日向日豊久士比泥別, Takehimukahitoyojihinewake?): provincia de Hi;

Takehiwake (建日別, Takehiwake?): Kumaso.

Iki-no-shima (伊伎島, Iki-no-shima?): actualmente, isla de Iki. Apodado como Amehitotsubashira (天比登都柱, Amehitotsubashira?);

Tsu-shima (津島, Tsu-shima?): actualmente, isla de Tsushima. Apodado como Ame-no-sadeyorihime (天之狭手依比売, Ame-no-sadeyorihime?);

Sado-no-shima (佐度島, Sado-no-shima?): actualmente, isla de Sado;

Ohoyamatotoyoakitsu-shima (大倭豊秋津島, Ohoyamatotoyoakitsu-shima?): actualmente, isla de Honshū. Apodado como Amatsumisoratoyoakitsunewake (天御虚空豊秋津根別, Amatsumisoratoyoakitsunewake?).

Estas ocho islas que se formaron son conocidas tradicionalmente como Ōyashimakuni (大八島国, ''Ōyashimakuni''? literalmente, “país de las ocho grandes islas”) y en su conjunto es lo que es conocido actualmente como Japón (en el mito no se mencionan la isla de Hokkaidō ni las islas Ryukyu porque en el momento de la redacción de la leyenda, estas islas eran desconocidas para los japoneses).



Adicionalmente, Izanagi e Izanami engendraron posteriormente seis islas:



Kibi-no-kojima (吉備児島, Kibi-no-kojima?): península de Kojima. Apodado como Takehikatawake (建日方別, Takehikatawake?);

Azuki-jima (小豆島, Azuki-jima?): Shōdōshima. Apodado como Ohonodehime (大野手比売, Ohonodehime?);

Oho-shima (大島, Oho-shima?): Suō-ōshima. Apodado como Ohotamaruwake (大多麻流別, Ohotamaruwake?);

Hime-jima (女島, Hime-jima?): Himeshima. Apodado como Amehitotsune (天一根, Amehitotsune?);

Chika-no-shima (知訶島, Chika-no-shima?): Islas Gotō. Apodado como Ame-no-oshio (天之忍男, Ame-no-oshio?);

Futago-no-shima (両児島, Futago-no-shima?): Archipiélago Danjo. Apodado como Amefutaya (天両屋, Amefutaya?)



Según el Nihonshoki

El relato de este libro solamente difiere en que Izanagi e Izanami se ofrecieron de manera voluntaria para consolidar la Tierra. También en que Izanagi e Izanami son descritos en la leyenda como el “dios del yang” ( 陽神, “dios del yang”?) y la “diosa del yin” ( 陰神, “diosa del yin”?); influenciados por las ideas del yin y yang. El resto de la historia es idéntico, con excepción de que los otros dioses celestiales (Kotoamatsukami) no hacen aparición y tampoco son mencionados las seis últimas islas menores que engendraron Izanagi e Izanami.